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domingo, 21 de febrero de 2010

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VIOLENCIA ACABA CUANDO UN CARTEL GANE AL OTRO



Raymundo Riva PalacioPeriodista, analista y escritor
Riva Palacio opina que el Gobierno deFelipe Calderónha fracasado en reemplazar estructuras policiales locales al servicio delnarcotráfico.
El Gobierno de Felipe Calderón propone un plan para el “rescate social” de Ciudad Juárez. ¿Qué piensa de la iniciativa?
La estrategia para el rescate de Juárez me parece una demagogia total y una demostración de la incapacidad del presidente Calderón para ejecutar sus planes. La estrategia integral para el combate a la delincuencia organizada fue presentada en marzo del 2007. “De ese plan, lo único que se ha cumplido, sin entrar en el análisis si ha sido bueno o malo, es la parte policial. Quedó sin hacerse nada de lo planteado en cuanto a la parte financiera –el lavado de dinero–, y menos aún todo aquello que iba por el rescate de la sociedad.
“En esos términos, es un fracaso rotundo lo que ha hecho el gobierno. Juárez es, sobretodo, la demostración de ese fracaso. La matanza de Juárez (15 jóvenes fueron asesinados el 31 de enero en una fiesta) no es la primera de su tipo. En agosto del 2008 hubo una matanza en la ciudad de Creel, en Chihuahua, donde sicarios del Cartel de Sinaloa asesinaron a 14 personas, incluido un bebé de meses. La reacción nacional duró días y los gobiernos no hicieron nada”.

¿Son los indicadores sociales de Ciudad Juárez el caldo de cultivo para la prosperidad del crimen organizado?

(Riva Palacio remite aquí a una columna que escribió para el diario El País , de España, en la que habla del drama de los jóvenes juarenses). Poco más de 7.000 mexicanos, de los 11.000 caídos en esta guerra civil, están entre los 16 y 35 años. ¿Dónde están las reservas de gatilleros de las bandas criminales y de dónde consiguen a tantos jóvenes dispuestos a cambiar sus vidas por dinero?
La respuesta apunta hacia los ni-nis el grupo social que ni tiene acceso a la educación ni tiene trabajo. Marginados, viven en la incertidumbre y la apatía.

¿Por qué muere en esa guerra gente que al parecer no tiene nada que ver con el narcotráfico o las bandas, como, por ejemplo, los 15 adolescentes asesinados el 31?

Desde hace tres años, por decisión unilateral del presidente Calderón, nos metimos en una guerra contra el narcotráfico. Es una guerra que la sociedad no ha querido admitir que existe. No es algo que hubiéramos querido, ni es algo que Calderón dijo en su campaña que haría. Pero esto no quiere decir que podemos abstraernos de ella. Esas muertes se llaman “daños colaterales”. La sociedad sí es corresponsable de ese tipo de asesinatos. Hay una degradación de la violencia, y una escalada en la calidad de la misma. Matanzas de esa naturaleza no son la norma todavía. El riesgo es que se conviertan en algo natural en la escalación de la guerra.

¿Se puede atribuir la nueva estrategia al fracaso de la lucha contra el narcotráfico en la región?

No. Exactamente lo contrario. La violencia en Juárez tiene que entenderse en un mapa regional más amplio. Sobre el 70% de las muertes de la guerra contra el narcotráfico en los dos últimos años se han dado en el corredor que va de las ciudades gemelas de Torreón (Coahuila)-Gómez Palacio (Durango) a Ciudad Juárez, por donde pasan dos terceras partes de la cocaína hacia Estados Unidos.
“Ese corredor era controlado por el cartel de Sinaloa. En diciembre del 2008 fue detenido Alfredo Beltrán Leyva, quien era el responsable de la seguridad de las familias de todos los jefes de los carteles (agrupados en una llamada Federación) que incluía a todas las organizaciones, salvo las de El Golfo y Tijuana.
“Al ser detenido Alfredo, su hermano Arturo Beltrán, quien era uno de los jefes de ese cartel (Sinaloa), acusó a los otros dos jefes, Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada de haberlo traicionado y “puesto” a las autoridades. La realidad era que Alfredo cayó como resultado de una larga investigación y de fallas en su seguridad. Arturo Beltrán, sin embargo, rompió con ellos. Al romperse el cartel de Sinaloa, se redefinió el mapa del narcotráfico en México. Pero esa ruta quedó dividida y bajo fuego”.
“Beltrán Leyva y el jefe del cartel de Juárez por un lado, y Sinaloa y el lugarteniente del cartel de Juárez, e hijo de uno de los jefes de Sinaloa, por el otro. Es decir, un territorio que pertenecía a un solo cartel, empezó a ser peleado por dos, una vez que el gobierno golpeó con éxito la estructura”.

¿Por qué miles de policías y soldados en la región y en Ciudad Juárez no han podido frenar la violencia y el poder del narcotráfico?

La corrupción institucional en Juárez es un factor sumamente importante. Uno de los fracasos de la estrategia del gobierno es que no pudo remplazar las estructuras policiales locales y estatales con cuerpos que no estuvieran al servicio de los carteles.

¿Tienen credibilidad la policía y el Ejército?

El Ejército sigue teniendo el respaldo de más del 70% de la población. La policía, donde no se distinge si es federal, estatal o municipal, cuenta con menos del 20% de aprobación.

¿Por qué los ciudadanos de Ciudad Juárez piden la salida del Ejército, que en teoría llegó a limpiar la ciudad del crimen organizado?

Es una pregunta muy difícil porque tiene muchos matices. Hay campañas contra el Ejército alimentadas por dinero del narco. Hay denuncias muy publicitadas de personas cuyos familiares están vinculados con el narcotráfico.
“Hay peticiones directas del empresariado porque la presencia del Ejército provocó la lucha entre carteles y se secó la economía local, con lo cual perdieron dinero. Hay peticiones motivadas por razones ideológicas. Hay otras que se suman en la enajenación colectiva. La realidad es que no ha contribuido a disminuir la violencia”.

¿Es Ciudad Juárez un enfermo de cáncer terminal?

No, no tiene cáncer terminal. Lamentablemente, la solución en Juárez no llegará si no hay un cartel que venza sobre el otro. Es la única manera en la cual podrá disminuir la violencia. En todos los lugares donde se concentra la violencia (12 municipios concentran más del 64% de los muertos) hay una disputa de plazas.
“Ejemplo contrario es Tamaulipas, sede del cartel del Golfo y Los Zetas, uno de los grupos más sanguinarios en la delincuencia organizada, donde no hay violencia. La razón es que no es una entidad en disputa. Está totalmente controlada por ellos, quienes al mismo tiempo se encargan de que la plaza no se ‘caliente’”.

¿Podría considerarse Juárez una ciudad emblemática del futuro de México?

Ciudad Juárez es violenta por la lucha entre dos carteles. Pero está Culiacán, la capital de Sinaloa, la segunda ciudad en este periodo más violenta de México, y que encabezó el ranking de la muerte durante varios años.
“Hay ciudades emblemáticas del futuro, que no quisiéramos ver en México, como Guamúchil, en Sinaloa, controlada totalmente por el narco. En su aeropuerto municipal, de una pista rudimentaria, hay 70 avionetas permanentes en pista que solo se dedican a bajar droga de la sierra. Ahí, la lista de espera para carros Hummer es de seis meses.
Otra ciudad que no quisiéramos tener es Nuevo Laredo, en Tamaulipas, donde no hay violencia, pero está totalmente controlada por el narco, que realiza la seguridad, cobra impuestos de protección, extorsiona a comercios, y obliga a la gente a consumir los productos que vende en el mercado negro”.
“Estas ciudades, no Juárez, son mejor ejemplo de un estado fallido, como sí creo que es el mexicano, donde hay bolsas territoriales. La ley y el orden los impone la delincuencia organizada.