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miércoles, 15 de abril de 2009

Alianza México-EU para enfrentar desafíos comunes

Año VII No.421

Visita de Barack Obama ratificará acuerdos de cooperación

Àngel Hernández

El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Miguel Ángel Valenzuela, resalta que durante su visita Barack Obama corroborará los acuerdos que han alcanzado México y Estados Unidos, sobre todo en seguridad y migración.

Dijo que la visita previa de Clinton tuvo como propósito plantear el "tono" de la relación en los gobiernos de los presidentes Felipe Calderón y Obama, lo que fue ratificado con la posterior visita de Janet Napolitano y Eric Holder.

El analista agrega que hubo un cambio en el tono y la actitud de Estados Unidos respecto del problema del tráfico de enervantes, lo que es novedoso. Pero "lo nuevo no es tanto que declaren que tienen el interés de cooperar con México en diversos aspectos de la relación bilateral: lo que sorprende es que al parecer están pasando de los dichos a los hechos".

Valenzuela asevera que el hecho de que Clinton y Obama hayan planteado la corresponsabilidad en temas como el crimen organizado es algo nuevo, aunque matiza al decir que todavía hay que esperar una respuesta al interior de Estados Unidos, ya que varias propuestas todavía tienen que pasar por el Congreso, aunque entre legisladores republicanos y demócratas hay el reconocimiento de la necesidad de apoyar a México en su combate al crimen organizado.

Destaca la valía del cambio de discurso del presidente Felipe Calderón respecto de la necesidad de la corresponsabilidad en el combate a la delincuencia organizada y la violencia generada debido a la alta demanda de enervantes en el vecino país del norte, ya que eso ha tenido un impacto y ha propiciado que la nueva administración asuma una nueva actitud y enfoque el problema de manera distinta.

"Ellos tienen muy claro que es un problema de dos. Pero ahora deben enfrentarlo de esa manera y no sólo señalando culpas. Ya les ha llegado el problema de manera más clara a la frontera y tienen un interés real de solucionar eso a lo que antes no le daban tanta importancia", concluye.

De esta manera, durante la visita histórica de Obama a México quedará ratificada la necesaria y estratégica colaboración bilateral que requieren ambos países para enfrentar los problemas comunes como la migración y la inseguridad, con un enfoque de responsabilidad compartida y de frente común, como lo ha planteado el presidente Felipe Calderón

La visita histórica que realizará Barack Obama a México para sostener la primera reunión oficial de trabajo con el presidente Felipe Calderón, y que será el primer viaje que haga a Latinoamérica, permitirá a los dos mandatarios abordar de manera directa y en un marco de corresponsabilidad los temas de la agenda bilateral en materia de seguridad, migración, desarrollo económico, competitividad, medio ambiente y bienestar social, así como reafirmar la asociación estratégica acordada durante su encuentro previo a la toma de posesión del estadunidense.

El presidente mexicano ha hecho énfasis en la necesidad de fincar la relación en una cooperación donde, más que buscar culpables o confrontar posiciones, se comparta la idea de un trabajo conjunto, en el entendido de que los problemas que atañen a los dos países se deben resolver unidos y con una responsabilidad compartida.

Por su parte, Barack Obama ha destacado la forma valiente en que el presidente Calderón enfrenta a los grupos responsables del tráfico de estupefacientes, con el reconocimiento de que a Estados Unidos "nos toca ahora hacer nuestra parte para asegurarnos que ni el armamento ni el dinero lleguen a manos de esos criminales".

La reacción violenta del crimen organizado, sobre todo en la zona fronteriza norte del país a consecuencia del combate frontal emprendido por el gobierno mexicano, es vista con preocupación por la Casa Blanca, que ya la considera un "asunto significativo de seguridad nacional", circunstancia que en opinión de analistas ha hecho ver a Estados Unidos la necesidad de mantener una colaboración estrecha con México y dejar atrás las confrontaciones, que en nada ayudan a resolver el problema de la inseguridad.

Así, el primer viaje de Barack Obama al país los días 16 y 17 de abril será una gran oportunidad para que los dos gobiernos establezcan mecanismos de colaboración, que les permitan enfrentar de manera efectiva a los grupos criminales que afectan la seguridad de sus ciudadanos en ambos lados de la frontera; avanzar en la solución de los conflictos derivados del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y establecer mecanismos que aminoren los daños ocasionados por la crisis económica internacional.

Todo ello, como parte de una alianza estratégica derivada de una nueva era en la relación de ambos países.

Previo a la llegada de Barack Obama, la secretaria de Estado Hillary Clinton realizó una visita de dos días a México (el 25 y 26 de febrero) y abordó temas de la agenda común, preparando así la visita del mandatario estadunidense, un viaje sorpresivo incluso para altos funcionarios en Washington en un entorno económico mundial complicado para la gran potencia.

Durante su estancia en el país, la jefa de la diplomacia de Estados Unidos sorprendió también por el cambio de discurso y actitud del gobierno estadunidense, al reconocer la responsabilidad de su país en el problema del tráfico de enervantes por el alto consumo, así como la necesidad de enfrentar de manera conjunta los problemas comunes.

"Compartimos un espacio común, tenemos intereses comunes y tenemos un futuro común. Así que será la política del presidente Obama, y la mía, realmente elevar la relación", destacó y afirmó que el actual es uno de los mejores momentos en la relación bilateral, porque hay problemas que enfrentamos juntos.

Clinton destacó que la relación entre ambos países es mucho más que la seguridad, ya que también pasa por la economía, la educación, la salud, la energía y el cambio climático.

El presidente Calderón se congratuló entonces de que se haya producido "un cambio no sólo en el discurso, sino también en la actitud del gobierno estadunidense" hacia la guerra de nuestro país contra el tráfico de estupefacientes.

El freno al tráfico de armas de Estados Unidos hacia México es uno de los puntos en los que ha insistido el presidente Felipe Calderón, ya que gran parte de ellas van a parar a manos de la delincuencia organizada. De acuerdo con la Procuraduría General de la República, tan solo este año se han asegurado en el país 35 mil 500 armas, de las cuáles 55% —casi 20 mil— son rifles de asalto provenientes en su mayoría del vecino país del norte.

De ahí que la realización de la Primera Reunión Binacional Sobre Tráfico de Armas México-Estados Unidos, celebrada en el estado de Morelos y a la que acudieron la secretaria general de Seguridad Interior de EU, Janet Napolitano, y el fiscal general estadunidense, Eric Holder, sirviera para establecer una estrategia para detener el tráfico de armas, así como perseguir a quienes compran esas armas y mejorar el rastreo de arsenales confiscados en México, para ubicar a los vendedores en Estados Unidos.

Como resultado de la reunión, el gobierno de México blindará la frontera norte con una inversión de mil 400 millones de dólares en tecnología de punta en aduanas, para detener la introducción ilegal de armas.

El procurador general, Eduardo Medina Mora, explicó que el nuevo programa permitirá revisar de manera aleatoria 10% de los vehículos particulares o domésticos que ingresan a México procedentes de EU, así como todo el transporte de carga, con tecnología no intrusiva, como rayos x y gama.

Medina Mora agregó que este sistema ya opera en Matamoros, Tamaulipas, y en los próximos meses será aplicado en toda la frontera.

Entre los acuerdos firmados se encuentra la integración de una base de datos de huellas balísticas, para detectar las armas utilizadas en la comisión de delitos; la agilización de mecanismos de intercambio de información sobre el armamento decomisado en México, y la generación de procesos penales coordinados, para sancionar a los responsables de la exportación ilegal de armas ya sea en México o en EU.

En el aspecto migratorio, tema en el cual el gobierno del presidente Felipe Calderón manifestó su preocupación por las condiciones de los migrantes mexicanos en EU, los dos países crearon un Grupo de Alto Nivel sobre Migración, que aplicará políticas para facilitar la migración documentada, la protección de los derechos de los migrantes y orientación a la población sobre los riesgos de cruzar la frontera de forma ilegal.

Estas acciones, además, se reforzarán con 30 acuerdos para la repatriación ordenada y humanitaria de mexicanos, lo que permitirá atender el fenómeno migratorio de una manera más eficaz, lo que implica un radical cambio de enfoque y voluntad, que se diferencia con la política unilateral de la administración anterior en Estados Unidos.

La decisión de crear este grupo, como se recordará, fue tomada por la secretaria mexicana de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y la Secretaria de Seguridad Interna de EU, Janet Napolitano.

Ambas funcionarias acordaron acciones concretas encaminadas a mejorar la coordinación para atender los efectos de la migración.

Para tal efecto, el Grupo de Alto Nivel sobre Migración trabajará bajo el actual marco jurídico, con el fin de atender de manera más eficaz el fenómeno migratorio. De hecho, se llegó a una negociación exitosa sobre arreglos locales de repatriación entre México y Estados Unidos, que consisten en un esquema de convenios firmados en todo el territorio estadunidense por el Departamento de Seguridad Interior, los cónsules de México en aquel país y el Instituto Nacional de Migración.

La secretaria de Relaciones Exteriores explicó que los acuerdos permitirán la repatriación ordenada y humanitaria de los mexicanos que sean deportados hacia nuestro país desde todos los puntos de Estados Unidos, lo que dará resultados a corto plazo sobre el trato que reciben los connacionales indocumentados detenidos.

Además, acordaron promover la creación de un Grupo de Estudio sobre temas fronterizos de largo plazo y visión amplia, que considere a la frontera como una región ecológica, de recursos compartidos (como el agua) y problemáticas comunes (como la salud).

Los acuerdos alcanzados en materia migratoria muestran un cambio de enfoque que se diferencia de manera radical respecto de la política unilateral del gobierno del ex presidente George Bush.

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